domingo, 31 de octubre de 2010

CONSCIENCIA CORPORAL Y CELESTIAL

Conexión con la tierra: nuestro cuerpo también es materia. Respiramos poco a poco, conscientes de nuestros pies, que nos sintonizan y arraigan a la tierra, a la madre. Sentimos su energía, su fuerza, cómo entra por los dedos y las plantas. El amor incondicional de la madre nos acoge, nos protege. Es generosa con nosotros, nunca nos deja solos, siempre nos acompaña...
Los tobillos nos dan juego para el movimiento, la libertad...
Las rodillas: articulación, determinación...
Los muslos y las caderas: generosidad, contoneo...
La cintura: circunferencia, proximidad...
Los hombros: distensión...
Los brazos: prolongación, movimiento, magia, extensión... 
Codos: flexibilidad, apertura...
Muñecas: envoltura...
Manos: concreción...
Dedos: sensualidad, encantamiento...
Boca: placer, entrega...
Nariz: sugerencia...
Ojos: percepción, belleza...
Cabellos: antenas, conexión con el cielo...
Juntamos, armonizamos las energías tierra-cielo, pies-cabellos. Disfrutamos de nuestro cuerpo, templo de placeres sensoriales. Somos energía, la transformamos, unida y nutrida por la tierra y el cielo. Tierra-Materialización, Cuerpo-Templo. Cielo-Alquimia: sensaciones, emociones, bienestar; todo unificado desde nuestro centro Corazón color VERDE.
Visualizamos una bola de color verde-violeta. Nos rodea, estamos protegidos por el amor, lo divino... Los pies en la madre tierra, nos mece. El padre nos ilumina. Y yo, como Ser de Luz, me transformo en la divinidad que SOY AQUÍ Y AHORA.

1 comentario:

Xabier dijo...

Cuando llegué a la Casa de Juventud, no sabía con exactitud a qué me enfrentaba. Sentía cierta rigidez en el cuerpo, pero sobre todo la sensación de no saber, no poder o no querer "desapegarme" de la mente. Antes de saltar al "ruedo", vimos al grupo que antes de nosotros practicaba también baile. Pensé: quizás, los pasos aprendidos nos defienden de experimentar la espontaneidad. No quería invalidar esa otra forma, más reglada o técnica, de bailar. Pero sentía que yo quería otra cosa. Algo así como desaprender gestos, formas de moverme o posturas... Y vivir más sensitivamente el movimiento, la interacción con las personas... La sesión de biodanza del sábado día 24 fue una iniciación en lo que buscaba... En ese sentido, ha sido realmente genial...